13 de septiembre de 2023

2023-2024 Una nueva temporada (y van...)


Ya nos estamos preparando para la nueva temporada, después de un último año de emociones fuertes y encontradas, positivas por el desempeño como equipo, una vez más a la altura del notable, y negativas por la acumulación de salidas: la marcha de dos de los nuestros, Zlatan y Cesco, de vuelta a sus países de origen por circunstancias de fuerza mayor, de la que ya hemos hablado anteriormente en nuestras crónicas. Será una pérdida importante que notaremos durante todo el año y, seguramente, mucho más allá de este año.

Por otro lado, tenemos también dos regresos notables, que no vienen a tapar las salidas, por supuesto, pero que, sin duda, suponen una enorme alegría y dan una muestra de lo que es este equipo: Vuelve Pepe, después de su aventura emiratí y después de cinco largos años, nuestro mejor entrenador y también un gran amigo; y vuelve también con nosotros Jose Pozo, tras una difícil peripecia que le ha tenido alejado de las canchas y de nosotros durante casi tres años, es uno de nuestros más veteranos compañeros y, como Pepe, también un gran amigo. Ambos son, han sido y serán (como también lo son Cesco y Zlatan), por encima de todo, dos grandes Monster.

Ambos estuvieron con nosotros el jueves pasado, en nuestro primer día de entrenamiento (solo uno de ellos en la cancha: Pepe, esa nos la debes), sin que nadie pudiera darse cuenta de los años de ausencia, demostrando lo que son y lo que somos. No hubo por supuesto discursos, sino muchos abrazos y más risas pero, de haberlos habido, sin duda se hubieran parecido a aquellas primeras palabras de Unamuno en su regreso a la Universidad de Salamanca, un “decíamos ayer” para traernos de vuelta al presente.

Por lo que respecta a la temporada que empieza, por supuesto, y pese a las bajas, esperamos seguir y regresar a la liga con el mismo nivel y con similares resultados a los de los últimos años, para continuar, nuevamente, desafiando al paso del tiempo y a la supuesta condena de la edad y del declive físico que debería acompañarnos, pero que algún milagroso brebaje compuesto de agua, lúpulo y cebada en proporciones variables, nos impulsa año tras año a esquivarlo. Y también, por supuesto, esperamos poder contar con todos nuestros jugadores en las mejores condiciones y esperamos que algunas incorporaciones como la de Carlos, que el curso pasado solo pudimos anunciar, sean una brillante realidad para esta nueva temporada.

Habrá que ver si esta temporada, además, volvemos a participar en algún otro torneo durante el año, como era el OVER40 de Madrid (qué pena Quique Ruiz Paz que no hayáis seguido con él) u otros similares y, por supuesto, contamos con poner el broche a la temporada un año más viajando, jugando y disfrutando, del magnífico Santander Master Basket, habrá que ver si lo hacemos solos o sí, como es probable, repetimos alianza con nuestros amigos de Vic (en esa improbable entente madrileño-catalana que tanto hemos disfrutado estos dos últimos años), aunque ya os adelanto que, si en algo cuenta la opinión de éste que escribe, el nombre de los Monsters deberá aparecer de alguna manera en el del equipo y no solo, como este año pasado, en las camisetas, Ausetans Monsters, Monsters Ausetans o algo por el estilo, pero algo, como se dice ahora, más inclusivo.

La pretemporada, como no podía ser de otra manera, ya está en marcha y, como tampoco podía ser de otra manera, empezó exactamente donde lo dejamos, cada jueves desde este pasado 7 de septiembre, “entrenando” a nuestro ritmo en el Samaranch y departiendo en el tercer tiempo donde Tomás. Y ya que estamos en este punto y que puede que sea el momento de los deseos imposibles, deseemos y esperemos que nuestro anfitrión habitual, Tomás, tenga a bien dulcificar un poco su carácter y se muestre un poquito (tan solo un poquito) más acogedor que, a cambio, nosotros haremos todo lo posible por no pedir muchas hamburguesas ni confundir la oreja con los calamares y, por su puesto, si es lo que toca, por reducir los decibelios en todo lo que nos sea posible.

Nos espera un año intenso (otro más y ya van 38) en el que podremos jugar al baloncesto, polemizar, disfrutar en la cancha, en la barra o en torno a una mesa, y mantener intacto el espíritu Monster, desde la grandilocuencia del cacique, la sobriedad de Luis, la eficacia de Pesho, la clase de Jesús, la potencia de Gus, la polivalencia de Jose, el compañerismo de Rafa, la generosidad de Julio, la sabiduría de Rami, la seriedad de Pepe, la “experiencia” de Antonio, el optimismo de Javi, la intensidad de Fer y la aportación única e insustituible de todos y cada uno de los monsters. Aquí, en este blog guadianesco, os lo iremos contando, con humor, con cariño y, a veces, hasta con fidelidad a los hechos.

PD. No quiero despedir esta primera entrada del curso sin dedicar unas palabras y una felicitación a dos de los nuestros, dos de esos que, más allá de sus “condiciones” para el baloncesto, siempre merecen la pena: El primero, uno de los monsters más veteranos (no Antonio, éste no eres tú), Javi, que a la provecta edad de 55 años y siendo puntual por primera vez en su vida, se nos ha casado este verano con Lucía. Y allí estuvimos algunos de los monsters para compartir la felicidad con ellos dos, con sus hijas e hijo y con otros amigos. Enhorabuena, compañero, casado, soltero o divorciado, eres, has sido y serás siempre un grande. El segundo, esta vez sí, es Antonio, uno de los monsters más jóvenes (que sí, que lo es, que sé que no os lo creéis, pero hemos visto su DNI y lo es), quien también este verano, se nos ha hecho hombre, perdón, padre, hombre ya lo era antes que todos nosotros. Sin ninguna duda será mejor padre que cocinero. Desde aquí nuestra enhorabuena, para él, para el bebé y para la sufrida (¿y exigente?) madre.

14 de junio de 2023

Fin de temporada, y seguimos sin rebajas...

Buenos días, Monsters, un año más terminamos nuestra participación en la liga municipal de Madrid, ¡ya van 37 ediciones!, y venimos aquí a hacer un pequeño repaso de la temporada.

Este año, siguiendo la estela de las últimas temporadas, debemos destacar el magnífico papel realizado, segundos de grupo con un balance de 18 victorias y 4 derrotas, y esto, hay que seguir destacándolo, a pesar de los años que cumplimos (casi 50 de media), de las lesiones de varios de nosotros durante partes más o menos largas del año (Gus, Paco y, sobre todo, nuestro cacique, Toribio, aunque éste a veces recuerda más las leyendas del Cid, viniendo a jugar aun estando al borde de la muerte) y de competir muchas veces contra equipos mucho más jóvenes y con menos taras que nosotros. Para esta temporada hemos vuelto a jugar en el distrito de Latina, del que salimos hace más de 10 años, lo que ha hecho que cambien nuestros rivales (no nos hemos encontrado a los clásicos SIH, Un Domingo Cualquiera o Impresentables) pero no el resultado, siempre clasificados entre los cuatro primeros puestos. Solo nos faltó haber descifrado mejor al campeón, XXL, el único equipo al que no pudimos ganar y que nos superó en la clasificación precisamente por las dos derrotas que sufrimos contra ellos.

Ha sido un año agridulce: Dulce, por supuesto, por el resultado, pero agrio también por las despedidas, se fue a mitad de curso Zlatan, nuestro embajador plenipotenciario, y se marcha ahora, ya terminada la liga, Cesco, ambos para regresar a sus países de origen por motivos laborales y que dejan un hueco que, con seguridad, va a ser imposible de rellenar. Han sido, son y serán, dos de los nuestros y, además, no dos cualquiera, sino dos de los mejores, dentro y fuera de la cancha, les echaremos de menos y más aún por lo poco probable que se adivina un futuro regreso. Y hablando de regresos, ya el año pasado regresó, Pesho, algo de lo que ya hablábamos en la anterior entrada, pero también debemos hablar de regreso al referirnos a todos los que hemos podido volver después de lesiones y percances similares, como Jesús Salvador, Gus o yo mismo, los dos primeros, además, sin que prácticamente se les haya notado la inactividad, es que son así de buenos.

Y del resto, que algo habrá que decir, aquí va un repaso (de todos, espero no olvidarme de ninguno 😓), uno a uno:

Toribio, nuestro Cacique, incombustible siempre, el maestro de la puerta atrás.

Pesho, el Asesino silencioso, pocas palabras y muchos hechos.

Julio, el Dandy, ¡¡Ponga un ganchito en su vida!!.

Cesco, la Navaja suiza, el chico para todo, ahora presiona, ahora clava un triple.

Antonio, el Abuelo (el de verdad, no el de Heidi), el día que se libere del yugo, será imparable.

Javi, el Pagabirras, no digo nada de él, que aún no ha llegado (es broma, compañero, te queremos).

Manu (el nuestro, el de siempre), el Profesional, salvo cuando está en un tres estrellas, siempre cumple.

Ramiro, el Terror de Pergamino, el que juega contra él, nunca le olvida.

Gus, el Increíble Hulk, si estalla, no estés cerca, es imparable.

Rafa, el Vecino de enfrente, tan pronto te pasa la sal como coge un rebote (siempre en mi equipo).

Zlatan, el Embajador, siempre dispuesto a sellar la rendición del contrario con una elegante entrada.

Jesús Salvador, el Renacido ¿¿Pero cuántas vidas tiene este tío?? De verdad, hay rocas menos resistentes.

Canet, Monsieur 1-3-1, nunca le dejes una pizarra, mejor un balón con un buen ángulo y fuera de la línea, es triple seguro.

Marco, la Montaña, si quieres defenderle, no choques con él, dale un Magnum y una copa (y que no sea de la Mancha, que le gusta el buen vino 😉).

Juan, Connor MacLeod, el Inmortal, cada año más joven, más talentoso, y ojo, que el Madrid, busca base, pero nosotros tenemos al bueno.

Luis, el Mayordomo, pídele lo que quieras, un pase, un corte, un bloqueo, todo te lo servirá con elegancia y en su justo momento.

Yagüe, el Niño, tres vidas en una, qué más puedo decir…

Paco, el Cronista, soy el que escribe y tengo poco que añadir.

Esto es todo, que no es poco, un EQUIPO con mayúsculas, un grupo de amigos y una familia, la única, la inconfundible, la auténtica y eterna FAMILIA MONSTER.

Y como despedida, aquí tenéis un vídeo del "otro" Dream Team, el de los Jordan, Magic, Bird y compañía..., que lo disfrutéis:

¡Nos vemos en los bares!

16 de febrero de 2023

Retorno a Monsterland

Este mes de febrero, después de casi dos años y una segunda operación, he vuelto a jugar dos partidos oficiales de nuestra Familia Monster, partidos que, a pesar de ello, hemos ganado. Este retorno, además de para volver a escribir en este blog, me ha servido para jugar por primera vez (sin contar nuestros rigurosísimos y exigentes entrenamientos de los jueves), con una de las últimas adquisiciones de los Monster, Don Julio Touza, y, por primera vez en una década, con uno de los mejores regresos del equipo, Don Petko Petrov “Pesho”.

Por supuesto, ha sido un placer hacerlo, al igual que ha sido un placer jugar con todos y cada uno del resto de los monsters pero, hablando de ellos, puedo apuntar dos cosas, del primero, que adolece del mismo defecto que me aqueja a mí, que no es otro que ser mucho más eficaz en los entrenamientos que en los partidos, yo ya tengo poco remedio, la verdad, pero él debería superarse y, demostrar que, como dicen algunos, se juega igual que se entrena ¡Qué coño! Que en los juegos municipales también tienen que tragarse esos ganchos y esas entradas a la remanguillé que sufrimos en el Samaranch cuando nos toca en el equipo contrario. De “Pesho”, decir únicamente que, a pesar del tiempo y de haber reducido algún que otro metro su rango de tiro, sigue siendo el mejor de los nuestros (ah, y que echamos de menos a su intérprete, que era bastante más locuaz que él).

Del resto, constatar que fue un placer encontrar a Don Eduardo “la Bomba” de visita por Madrid, aunque echásemos de menos alguno de sus tímidos tiros a canasta (siempre en mi equipo, Edu). Decir que fue un lujo encontrarme en el segundo partido con Rami y Cesco empezando el partido junto a mí en el banquillo, con lo que ello supone para los Monsters: tener un equipo en el que dos jugadores de ese nivel empiezan en el banquillo es equivalente a tener en la NBA a Toni Kukoc o Manu Ginobili de sexto hombre, pero en este caso, por partida doble. Seguir maravillándome también de que un equipo con un promedio de edad de casi 48 años, siga, no sólo compitiendo, sino ganando con solvencia a chavales con 20 y 30 años menos y con 10 o 15 Km/h de velocidad punta más que nosotros. Por no dejar a Rami, decirle que la próxima vez que pretenda dejar sin gafas a un contrario, que me avise para que me lleve la tarjeta de mi vecino el óptico del barrio de Lucero, que alguna comisión podré sacar y que no sea él el único que hace negocios. Cómo no decir que reconforta ver que seguimos cultivando y conservando nuestras magníficas relaciones con los árbitros, estén en Centro o en Latina seguimos ganándonos su cariño incondicional cada día, costumbre y relación en la que van entrando hasta los aparentemente más calmados, como Luis, que regaló un bonito codazo en forma de falta de ataque a uno de nuestros rivales y se apuntó una bonita técnica, una ronda y el odio perpetuo de uno de los niñatos del equipo contrario (que no todo iba a ser negativo). Por seguir, hay que hablar, como siempre que se habla de los Monsters, del Cacique (y que quede claro, donde no esté el cacique nunca estarán los Monsters), que con un dedo tieso, con costuras en la espalda y con algún kilo de más, sigue dominando las zonas y se desmarcó el último sábado con un partidazo y quince puntos.

Podría seguir hablando del resto y no acabar y, aunque escuetamente, sí quiero al menos citarlos, Manolo, incombustible, Salvador, el renacido, Fer, el inopinado Rey de los triples a tablero, Javi, el pagafantas o mejor dicho, pagabirras, la persona que sólo llegó pronto a su boda y siempre se arrepintió de ello, Gus, que apareció hace dos sábados y faltó al segundo, porque a buen seguro que tenía algún sitio mejor donde meterse, Antonio, el abuelo de la EBA (¡qué grande eres!)… Y han faltado muchos en este recuento porque no han venido a los partidos, pero no quiero dejar de citar a uno con el que no podré jugar este año y al que echaremos especialmente de menos, nuestro mejor embajador, Don Zlatan Burzic, un Monster perpetuo (vidimo se zauvek brate).

Y para cerrar un vídeo corto, que refleja como me sentí yo al sentarme a ver el partido desde el banquillo y ver sentarse a mi lado a Rami y a Cesco: