16 de febrero de 2023

Retorno a Monsterland

Este mes de febrero, después de casi dos años y una segunda operación, he vuelto a jugar dos partidos oficiales de nuestra Familia Monster, partidos que, a pesar de ello, hemos ganado. Este retorno, además de para volver a escribir en este blog, me ha servido para jugar por primera vez (sin contar nuestros rigurosísimos y exigentes entrenamientos de los jueves), con una de las últimas adquisiciones de los Monster, Don Julio Touza, y, por primera vez en una década, con uno de los mejores regresos del equipo, Don Petko Petrov “Pesho”.

Por supuesto, ha sido un placer hacerlo, al igual que ha sido un placer jugar con todos y cada uno del resto de los monsters pero, hablando de ellos, puedo apuntar dos cosas, del primero, que adolece del mismo defecto que me aqueja a mí, que no es otro que ser mucho más eficaz en los entrenamientos que en los partidos, yo ya tengo poco remedio, la verdad, pero él debería superarse y, demostrar que, como dicen algunos, se juega igual que se entrena ¡Qué coño! Que en los juegos municipales también tienen que tragarse esos ganchos y esas entradas a la remanguillé que sufrimos en el Samaranch cuando nos toca en el equipo contrario. De “Pesho”, decir únicamente que, a pesar del tiempo y de haber reducido algún que otro metro su rango de tiro, sigue siendo el mejor de los nuestros (ah, y que echamos de menos a su intérprete, que era bastante más locuaz que él).

Del resto, constatar que fue un placer encontrar a Don Eduardo “la Bomba” de visita por Madrid, aunque echásemos de menos alguno de sus tímidos tiros a canasta (siempre en mi equipo, Edu). Decir que fue un lujo encontrarme en el segundo partido con Rami y Cesco empezando el partido junto a mí en el banquillo, con lo que ello supone para los Monsters: tener un equipo en el que dos jugadores de ese nivel empiezan en el banquillo es equivalente a tener en la NBA a Toni Kukoc o Manu Ginobili de sexto hombre, pero en este caso, por partida doble. Seguir maravillándome también de que un equipo con un promedio de edad de casi 48 años, siga, no sólo compitiendo, sino ganando con solvencia a chavales con 20 y 30 años menos y con 10 o 15 Km/h de velocidad punta más que nosotros. Por no dejar a Rami, decirle que la próxima vez que pretenda dejar sin gafas a un contrario, que me avise para que me lleve la tarjeta de mi vecino el óptico del barrio de Lucero, que alguna comisión podré sacar y que no sea él el único que hace negocios. Cómo no decir que reconforta ver que seguimos cultivando y conservando nuestras magníficas relaciones con los árbitros, estén en Centro o en Latina seguimos ganándonos su cariño incondicional cada día, costumbre y relación en la que van entrando hasta los aparentemente más calmados, como Luis, que regaló un bonito codazo en forma de falta de ataque a uno de nuestros rivales y se apuntó una bonita técnica, una ronda y el odio perpetuo de uno de los niñatos del equipo contrario (que no todo iba a ser negativo). Por seguir, hay que hablar, como siempre que se habla de los Monsters, del Cacique (y que quede claro, donde no esté el cacique nunca estarán los Monsters), que con un dedo tieso, con costuras en la espalda y con algún kilo de más, sigue dominando las zonas y se desmarcó el último sábado con un partidazo y quince puntos.

Podría seguir hablando del resto y no acabar y, aunque escuetamente, sí quiero al menos citarlos, Manolo, incombustible, Salvador, el renacido, Fer, el inopinado Rey de los triples a tablero, Javi, el pagafantas o mejor dicho, pagabirras, la persona que sólo llegó pronto a su boda y siempre se arrepintió de ello, Gus, que apareció hace dos sábados y faltó al segundo, porque a buen seguro que tenía algún sitio mejor donde meterse, Antonio, el abuelo de la EBA (¡qué grande eres!)… Y han faltado muchos en este recuento porque no han venido a los partidos, pero no quiero dejar de citar a uno con el que no podré jugar este año y al que echaremos especialmente de menos, nuestro mejor embajador, Don Zlatan Burzic, un Monster perpetuo (vidimo se zauvek brate).

Y para cerrar un vídeo corto, que refleja como me sentí yo al sentarme a ver el partido desde el banquillo y ver sentarse a mi lado a Rami y a Cesco:




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