Por otro lado, tenemos también dos regresos notables, que no vienen a tapar las salidas, por supuesto, pero que, sin duda, suponen una enorme alegría y dan una muestra de lo que es este equipo: Vuelve Pepe, después de su aventura emiratí y después de cinco largos años, nuestro mejor entrenador y también un gran amigo; y vuelve también con nosotros Jose Pozo, tras una difícil peripecia que le ha tenido alejado de las canchas y de nosotros durante casi tres años, es uno de nuestros más veteranos compañeros y, como Pepe, también un gran amigo. Ambos son, han sido y serán (como también lo son Cesco y Zlatan), por encima de todo, dos grandes Monster.
Ambos estuvieron con nosotros el jueves pasado, en nuestro primer día de entrenamiento (solo uno de ellos en la cancha: Pepe, esa nos la debes), sin que nadie pudiera darse cuenta de los años de ausencia, demostrando lo que son y lo que somos. No hubo por supuesto discursos, sino muchos abrazos y más risas pero, de haberlos habido, sin duda se hubieran parecido a aquellas primeras palabras de Unamuno en su regreso a la Universidad de Salamanca, un “decíamos ayer” para traernos de vuelta al presente.
Por lo que respecta a la temporada que empieza, por supuesto, y pese a las bajas, esperamos seguir y regresar a la liga con el mismo nivel y con similares resultados a los de los últimos años, para continuar, nuevamente, desafiando al paso del tiempo y a la supuesta condena de la edad y del declive físico que debería acompañarnos, pero que algún milagroso brebaje compuesto de agua, lúpulo y cebada en proporciones variables, nos impulsa año tras año a esquivarlo. Y también, por supuesto, esperamos poder contar con todos nuestros jugadores en las mejores condiciones y esperamos que algunas incorporaciones como la de Carlos, que el curso pasado solo pudimos anunciar, sean una brillante realidad para esta nueva temporada.
Habrá que ver si esta temporada, además, volvemos a participar en algún otro torneo durante el año, como era el OVER40 de Madrid (qué pena Quique Ruiz Paz que no hayáis seguido con él) u otros similares y, por supuesto, contamos con poner el broche a la temporada un año más viajando, jugando y disfrutando, del magnífico Santander Master Basket, habrá que ver si lo hacemos solos o sí, como es probable, repetimos alianza con nuestros amigos de Vic (en esa improbable entente madrileño-catalana que tanto hemos disfrutado estos dos últimos años), aunque ya os adelanto que, si en algo cuenta la opinión de éste que escribe, el nombre de los Monsters deberá aparecer de alguna manera en el del equipo y no solo, como este año pasado, en las camisetas, Ausetans Monsters, Monsters Ausetans o algo por el estilo, pero algo, como se dice ahora, más inclusivo.
La pretemporada, como no podía ser de otra manera, ya está en marcha y, como tampoco podía ser de otra manera, empezó exactamente donde lo dejamos, cada jueves desde este pasado 7 de septiembre, “entrenando” a nuestro ritmo en el Samaranch y departiendo en el tercer tiempo donde Tomás. Y ya que estamos en este punto y que puede que sea el momento de los deseos imposibles, deseemos y esperemos que nuestro anfitrión habitual, Tomás, tenga a bien dulcificar un poco su carácter y se muestre un poquito (tan solo un poquito) más acogedor que, a cambio, nosotros haremos todo lo posible por no pedir muchas hamburguesas ni confundir la oreja con los calamares y, por su puesto, si es lo que toca, por reducir los decibelios en todo lo que nos sea posible.
Nos espera un año intenso (otro más y ya van 38) en el que podremos jugar al baloncesto, polemizar, disfrutar en la cancha, en la barra o en torno a una mesa, y mantener intacto el espíritu Monster, desde la grandilocuencia del cacique, la sobriedad de Luis, la eficacia de Pesho, la clase de Jesús, la potencia de Gus, la polivalencia de Jose, el compañerismo de Rafa, la generosidad de Julio, la sabiduría de Rami, la seriedad de Pepe, la “experiencia” de Antonio, el optimismo de Javi, la intensidad de Fer y la aportación única e insustituible de todos y cada uno de los monsters. Aquí, en este blog guadianesco, os lo iremos contando, con humor, con cariño y, a veces, hasta con fidelidad a los hechos.
PD. No quiero despedir esta primera entrada del curso sin dedicar unas palabras y una felicitación a dos de los nuestros, dos de esos que, más allá de sus “condiciones” para el baloncesto, siempre merecen la pena: El primero, uno de los monsters más veteranos (no Antonio, éste no eres tú), Javi, que a la provecta edad de 55 años y siendo puntual por primera vez en su vida, se nos ha casado este verano con Lucía. Y allí estuvimos algunos de los monsters para compartir la felicidad con ellos dos, con sus hijas e hijo y con otros amigos. Enhorabuena, compañero, casado, soltero o divorciado, eres, has sido y serás siempre un grande. El segundo, esta vez sí, es Antonio, uno de los monsters más jóvenes (que sí, que lo es, que sé que no os lo creéis, pero hemos visto su DNI y lo es), quien también este verano, se nos ha hecho hombre, perdón, padre, hombre ya lo era antes que todos nosotros. Sin ninguna duda será mejor padre que cocinero. Desde aquí nuestra enhorabuena, para él, para el bebé y para la sufrida (¿y exigente?) madre.

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