Hay victorias que no suponen nada, otras que no valen más que los puntos que otorgan o que su reflejo en la clasificación, pero las hay, y la de este fin de semana sin duda es una de ellas, que trascienden el propio resultado, porque hacen que el equipo crezca y se una, reconociéndose en unas cualidades que ni siquiera era consciente de tener: Fé sacrificio y capacidad de superación.
Nos presentamos al partido con tres jugadores tocados, Sergio, Toribio y Paco, quien acudía sólo para hacer las veces de entrenador y no salir más que en caso de emergencia, era un riesgo, pero nos jugábamos dejar casi sentenciada la clasificación del grupo contra el rival más peligroso de este año y merecía la pena, máxime después de la derrota de Teatro Real frente a Sih, esa misma mañana. Empezamos el partido de la manera habitual en las últimas jornadas, eficaces en defensa y absolutamente espesos en ataque, y a falta de 4 minutos para el final del primer cuarto se rompió Toribio (intentaría volver en el tercero, pero no pasó del segundo minuto). Así las cosas, el panorama no podía ser más negro, el cuarto terminó con un 6-8 abajo y caras de preocupación.
El segundo cuarto empezó mal, muy mal, un parcial de 0-5 de salida, amenazaba con abrir una brecha peligrosa, pero un oportunísimo tiempo muerto permitió que empezásemos a cambiar la dinámica que llevábamos, ajustando de nuevo la defensa y sacudiéndonos la presión en ataque, de la mano sobre todo de Javierjavier, que al igual que en el segundo cuarto del partido anterior, acabó siendo decisivo. A pesar de alcanzar una desventaja de 10 puntos en ese cuarto, lo cerramos con 7 abajo y convencidos de que seguíamos teniendo posibilidades.
La segunda parte podría considerarse casi una exhibición defensiva, tras una canasta en penetración en el minuto 4, nuestra zona se convirtió en una trampa para Arabescos, que sólo pudo anotar 9 puntos más gracias a tres triples en los 20 minutos restantes. El resto de sus intentos de ataque se resolvía con tiros forzados y rebotes defensivos o con pérdidas o robos de balón que, una vez sí y otra también, acababan en contraataques o jugadas en transición, así, nuestra sequía ofensiva de la primera parte desapareció por completo, llegando hasta los 25 puntos en la segunda.
Al final vencimos por ser más equipo que nuestro rival: A pesar de las lesiones, de la falta de nuestro principal referente ofensivo y de los 10 puntos de desventaja, mantuvimos la fé y la unidad como grupo en una remontada que nos tuvo por debajo en el marcador durante 30 minutos, para llegar a un final desahogado (el triplazo final del 8 de arabescos no sirvió más que para demostrar su buena mano y maquillar el resultado).
Un partido para destacar a todos y a cada uno de los que salimos a la cancha, a Toribio por su esfuerzo y por hacer equipo desde el banquillo (algo a lo que está poco acostumbrado), a Gus por su lucha constante y por su incontestable dominio del rebote, a Sergio por su importantísima aportación en ataque y su incansable defensa, a Paco e Ivica por luchar de principio a fin y contribuir a minar la zona, pese a no tener su mejor día en ataque, a Juan Carlos por su regularidad en cada partido, a Javierjavier por tirar del equipo, a Karim y a Javi por su disponibilidad y sacrificio.
Y ya para terminar, después de tanto halago, toca disfrutar de un nuevo vídeo. Una vez más echamos un vistazo al pasado, a uno de los más grandes de la NBA, que fue el más grande con el balón tricolor de la ABA, un jugador único... porque es cierto que ha habido jugadores capaces de saltar, de saltar mucho y uno hasta de volar, pero solamente uno era capaz de flotar en el aire. Caballeros, dejemos paso al Dr J, ¡¡¡Mister Julius Erving!!! (ojo al aro pasado que se marca sobre los 2.40 del vídeo)
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