15 de marzo de 2011

Familia Monster 31 / Los Suaves 24

Sólo queda un paso, una victoria más y habremos ganado la liga. Los últimos tres partidos han sido más complicados de lo que cabría esperar, pero aun así, a pesar de la importancia de las bajas y de algunas complicaciones añadidas, los hemos sacado adelante: Ante Arabescos, se rompió Toribio y tuvimos que jugar casi todo el partido con Sergio y Paco tocados. Contra Loyola, a las bajas de Gus y Toribio y la definitiva de Ivica, le unimos una inesperada voluntad de complicarnos nosotros mismos la vida. Anteayer, por último, contra Los Suaves, a las bajas de inicio de nuestros tres máximos anotadores, Toribio, Javierjavier e Ivica, le añadimos “complicaciones arbitrales” en forma de tres técnicas casi consecutivas que nos dejaron todo el último cuarto sin nuestro mayor baluarte en la intimidación y el rebote, Gus. A cambio, aportamos una mayor cohesión como grupo, seriedad en defensa y un paso adelante de algunos jugadores que terminaron siendo decisivos, como Sergio ante Arabescos, Juan Carlos ante Loyola o Raul, por último, contra Los Suaves.

Dentro de dos semanas veremos como se cierra el círculo que abrimos el pasado 17 de octubre con ese primer partido contra Un Domingo Cualquiera que, gracias a la cacicada de competición, se convirtió en uno de los pocos recuerdos amargos de la temporada (sobre todo para Pozo, nuestro hombre record en lo que a sanciones se refiere) y, aunque después de revisar la normativa de los juegos sea innecesario, estoy seguro de que lo haremos con una nueva victoria.

Por ir entrando a lo que fue el partido, la clave, como bien refleja el resultado, volvió a ser la defensa. Como era de esperar dados los nombres ausentes, nuestro ataque se resintió notablemente, de forma muy especial en una primera parte que dejó unos registros más que raquíticos. El primer cuarto parecía más un partido del calcio italiano que de baloncesto, con ambos equipos compitiendo por quedar a cero: Dos tristes canastas por bando, concentradas además en el segundo y el último minuto del cuarto, dejaban poco resquicio a la ilusión de cualquier amante del baloncesto ofensivo y alegre.

El segundo cuarto, sin suponer ningún cambio radical en las líneas maestras del partido, sí inició el cambio de tendencia que nos llevaría a ganar el partido, mientras nuestra defensa seguía siendo un jeroglífico indescifrable para Los Suaves, incapaces de sumar más que una canasta en todo ese cuarto, nuestro ataque aunque no acababa de despegar, no pudiendo superar la decena de puntos al descanso, empezó a ser más fluido, mejorando la velocidad del juego y la circulación del balón. Pese a ello, no logramos una mayor producción al pararnos Los Suaves a base de faltas (hasta cuatro jugadores distintos tuvimos que acudir a la línea de tiros libres, y aunque mejoramos algo el desastre del anterior partido, no dejó de ser un pequeño calvario). Al final del primer tiempo, sin más espectáculo que el de la buena defensa (que, entre otras cosas, nos dejaría a lo largo del partido hasta siete tapones de todos los colores por parte de Gus y Paco), llegaríamos con un paupérrimo 10-6 que a pesar de todo nos dejaba buenas sensaciones de cara a la segunda parte.

El tercer cuarto ofrecería nuestra mejor versión ofensiva, de la mano sobre todo de unos sobresalientes Juan Carlos y Raul, el primero que acabaría el partido como máximo anotador, con dos triplazos para abrir y cerrar el cuarto, y el segundo, que ya había sido determinante en el cambio de tendencia durante el cuarto anterior, a base de intensidad, rebote ofensivo y algunas canastas de peso.

Ese tercer cuarto definió el partido y debería haberlo dejado cerrado tras alcanzar la decena de puntos de diferencia, pero siguiendo la estela del partido anterior, fuimos capaces de complicarnos la vida y abrir una puerta a nuestros rivales. El último cuarto debería haber sido tranquilo y servido para dar minutos a los menos habituales, pero nuestra mala cabeza y cierta falta de mesura arbitral, con las tres técnicas de las que hablábamos al principio (especialmente llamativas las de Gus, una por pisar demasiado fuerte y la segunda por dejar caer el balón sobre el parquet), nos obligó a mantener la tensión y el esfuerzo hasta el último minuto, salvando la papeleta con 6 puntos consecutivos de Paco, concentración e intensidad en defensa y la continuación del buen hacer de Juan Carlos.

Al final, un resultado pobre, que supone la peor anotación del equipo en los últimos dos años y en el que destacan la eficacia defensiva y una diferencia que habría sido claramente superior de no mediar los 5 puntos que las técnicas regalaron a nuestro rival y la prematura eliminación de Gus.

Para terminar, y antes de dar paso al vídeo, sí quiero hacer una mención especial a Karim, que por cuarta vez esta temporada, y por culpa de las vicisitudes del partido, volvió a quedarse sin jugar, destacando su permanente buena disposición y su ejemplar compañerismo, del que muchos otros tendríamos que aprender.

Y ahora sí, el vídeo de la semana, dedicado a un tipo de aspecto escasamente atlético, casi gordo y alejado de virtuosismos que, además de ser tres veces MVP de la NBA, es muy posiblemente el mejor reboteador de la historia del baloncesto. Monsters, para todos vosotros, ¡¡¡Moses Malone!!!

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