No tengo muy claro lo que puede ocurrir en los mundos abstractos de las matemáticas cuando seis tiende a infinito, pero cuando esta paradoja se da en el mundo real, pasan cosas como la que ocurrió este domingo por la mañana. Seguro que
la mayoría de los aficionados al baloncesto piensan que contar con seis jugadores para afrontar todo un partido de baloncesto contra un rival al que una (engañosa) clasificación señala como superior, no dibuja una perspectiva muy favorable…, y así descrito,
sobre el papel, casi todos nosotros suscribiríamos tal juicio; pero no estamos hablando de un equipo cualquiera ni de cualesquiera seis jugadores: cuando hablamos de los Monster, de seis Monsters (sin que importen demasiado los nombres de cada uno), seis tiende
a infinito. Y situados en este plano, no es ocioso recordar que para nuestro rival de ayer, los SIH, seis Monsters, pueden y suelen ser demasiados.
Como decimos, el partido no se presentaba sencillo: la falta de efectivos, sin ningún recambio para el juego exterior y, como viene siendo habitual este año, con varios jugadores mermados físicamente, hacía presagiar más sombras que luces.
Y así siguió pareciendo tras la puesta en escena y el transcurso del primer cuarto, la falta de puntería, sumada a una extraña obsesión del árbitro por convertir las faltas recibidas en pasos cometidos y a una “poco acertada” defensa de los tiros exteriores,
nos mantuvo a remolque de nuestros rivales durante esos primeros 12 minutos en los que tan sólo la superioridad casi absoluta en el rebote y la buena defensa de las posiciones interiores (que convirtió por momentos nuestra zona en terreno hostil para nuestros
oponentes) impidieron que las diferencias en el marcador crecieran en ningún momento por encima de los 4-5 puntos.
El segundo cuarto pareció cambiar ese panorama, de la mano, sobre todo, de un (una vez más) providencial Toribio, que bien asistido por el resto de compañeros, anotó los 9 puntos del equipo en ese cuarto, protagonizando un parcial de 8-0 que
situaba a los Monster cuatro arriba a sólo tres minutos del descanso. Ese podía haber sido el punto de inflexión que encaminase el partido a una victoria más de los Monster sobre sus rivales, pero los SIH no se habían ido del partido y la repetición de los
errores defensivos del primer cuarto les permitió, gracias a dos triples y un tiro lejano, devolver en sólo tres minutos el parcial de 8-0 para marcharse al descanso con un 19-15 favorable.
Así las cosas, el descanso debía servir para analizar los errores cometidos y replantear el partido de cara a la segunda parte. Podíamos haberlo fiado todo únicamente a una mejora en nuestra puntería o a una nueva exhibición de Toribio
en los dos cuartos restantes, pero no resultaba demasiado razonable…, a la vista de lo sucedido en la primera parte, el diagnóstico estaba claro y era otro, la defensa de su tiro exterior estaba siendo nuestro mayor y casi único talón de Aquiles, cuatro de
sus seis canastas anotadas desde más allá del 6,25 (tres de ellas anotadas por su número 12) y sólo una en la pintura. La decisión surgió casi de forma espontánea, un sencillo cambio de defensa, de la omnipresente zona 2-3 a la algo menos habitual 3-2. Si
nuestros cálculos y nuestro desempeño eran los adecuados, ese sencillo cambio, realizado manteniendo la intensidad y la concentración en el rebote y acompañándolo de buenas ayudas en la defensa interior, debía servir para cortocircuitar su juego exterior y
cambiar por completo la cara al partido. Teníamos un plan y sólo quedaba ejecutarlo…
Es seguro que todos coincidimos con el gran Hannibal Smith, cuando enfáticamente nos decía cuanto le gustaba “que los planes salgan bien”, pero nosotros contamos con una importante ventaja sobre él, somos los Monsters no el equipo A, y
estando de nuestro lado, la probabilidad de éxito, como vamos a ver, es siempre mayor.
El tercer cuarto debió constituir para los SIH una especie de tormenta perfecta, los Monster hicieron de todo y todo bien: el cambio defensivo bloqueó el ataque naranja de forma irremediable, secando todas sus fuentes de puntos (ya no hubo
más triples ni más noticias en ataque de su número 12), permitiendo robos de balón y canastas fáciles al contraataque y sin modificar en absoluto la superioridad en el rebote mostrada durante la primera parte. El parcial de este tercer cuarto lo dice todo,
un demoledor 14-2, que dejaba el partido encaminado de cara al último acto. Una defensa y un ataque corales, esta vez con aportación de todos los jugadores, a excepción de Toribio, quien sin tomarse un minuto de descanso, si hizo un receso en su obsesión por
batir records de anotación histórica frente a los SIH.
El último cuarto debía servir para continuar y refrendar todo lo bueno demostrado en el tercero y así ocurrió. Durante nueve minutos más, continuó el vendaval Monster y el parcial se fue hasta un escandaloso 22-4, que elevaba la diferencia
hasta los 14 puntos. Sólo quedaban 3 minutos de partido que los SIH utilizaron para maquillar ligeramente el resultado, con la ayuda de una más que cuestionable antideportiva señalada por el árbitro y aprovechando el cansancio final de los seis héroes del
día, para dejar el marcador final en un claro 39-29 favorable a los Monster.
Hacemos ahora un repaso a los anotadores del día (que esta vez fuimos todos): empezando, como no, por Toribio, máximo anotador con 15 puntos y que sostuvo al equipo en la primera parte con 11 de los 15 puntos anotados por los Monster en
ese periodo; en segundo lugar Joe, 8 puntos, con presencia muy destacada en el tercer cuarto, decisivo para el despegue; Paco, 7 puntos, que al igual que Joe despertó en la segunda parte para enmendar los malos porcentajes de la primera; Karim, 6 puntos en
uno de sus partidos más completos con los Monster; Luis, 2 puntos, con un trabajo incansable en ambos lados de la cancha, ayudando al rebote y recuperando balones como primera piedra para el ataque; y por último el gran Vito, 1 punto, pero con el compromiso
de siempre puesto al servicio del equipo.
Para ir cerrando la crónica, es obligado hacer una mención al rival, que salvo un par de acciones poco adecuadas para este tipo de partidos, supo mantener una actitud deportiva y disputar la victoria dentro de la sana rivalidad que se ha forjado
en estos últimos años.
Pero no podíamos despedirnos de esta crónica, y mucho menos después de tanto tiempo, sin el tradicional vídeo. En este caso, que mejor broche que un vídeo que homenajea al que probablemente haya sido el mejor exponente de la palabra EQUIPO en la NBA durante los últimos tres lustros, señores, para todos ustedes, entra en juego ¡¡¡San Antonio Spurs!!!
Pero no podíamos despedirnos de esta crónica, y mucho menos después de tanto tiempo, sin el tradicional vídeo. En este caso, que mejor broche que un vídeo que homenajea al que probablemente haya sido el mejor exponente de la palabra EQUIPO en la NBA durante los últimos tres lustros, señores, para todos ustedes, entra en juego ¡¡¡San Antonio Spurs!!!
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