29 de marzo de 2010

Familia Monster 33 / Punto de Encuentro 36

Se acabó la temporada regular, y la cerramos con mal sabor de boca, una nueva derrota que viene a cerrar una floja segunda vuelta. Si en la primera realizamos un ejercicio casi inmaculado, con una solitaria (y lógica) derrota, en la segunda hemos terminado en números rojos, 4 victorias por 5 derrotas, una lógica (Banco Dibroma), dos posibles (Basket Botellín y Forum) y dos inexplicables (Métrica8 y El Punto de Encuentro). Pasando a otras comparaciones, podríamos fijar la atención en el “efecto Ramiro”, con él en el equipo, 6 victorias en otros tantos partidos, sin él, un igualitario 6-6; tampoco estaría de más echar un vistazo a lo complicado que se hace mantener un bloque, cuando de los 16 jugadores, 10 se han perdido, al menos, el equivalente a una vuelta completa, y del resto, sólo tres superan los dos tercios de la liga regular. En esas condiciones, no pudiendo contar con Ramiro (u otro jugador con un efecto similar) y no siendo, por tanto, un equipo “armado” alrededor de ninguna estrella, tal vez sea necesario plantearse que tipo de equipo somos y cuales son los objetivos (si es que hay que tener algunos), más allá de reunirnos, divertirnos y “pelear” cada domingo en la cancha, como prolegómeno a las cañas y las risas, que esas sí, son y serán de obligado cumplimiento.

Bueno y echando un vistazo rápido al partido del sábado, nuestra última derrota, una vez más, se ve que perdemos cuando nos vamos en ataque, en cuanto perdemos la claridad, tiramos precipitados, sin posición, y nos descentramos en el movimiento del balón; lo que se traduce en rebotes fáciles para el contrario y pérdidas de balón que, inevitablemente, van seguidas (tanto rebotes como pérdidas) de contraataques y transiciones rápidas que culminan en canastas demasiado cómodas para el contrario. Para que lo vamos a negar, salvo honrosas excepciones, nuestro balance defensivo no se cuenta entre nuestras cualidades como equipo, a veces porque el físico no nos da para muchas carreras rápidas, y otras, porque tenemos una extraña facilidad para cabrearnos con el árbitro, con el primer compañero que pase por nuestro lado o, si es necesario, con el empedrado, de tal forma que cualquier excusa puede ser válida, para quedarnos parados mientras nos meten otra canasta.

Esto es lo que nos pasó, una vez más, el sábado. Especialmente en el tercer cuarto, donde dilapidamos las ventajas obtenidas en la primera parte, en la que, viviendo del acierto ofensivo del primer cuarto y de un juego compensado en el segundo, habíamos llegado a un parcial final de 23-14, que se alargó en el primer minuto del tercero (el único razonable) hasta un 28-14. A partir de ese momento, el desastre: 5 puntos anotados en 23 minutos, y un parcial bochornoso de 5-22. El tercer cuarto fue un recital de pérdidas, tiros precipitados y canastas cómodas del contrario. El último cuarto, mejoró bastante la intensidad y el sentido del juego, pero no el acierto de cara al aro (son incontables las canastas falladas debajo del aro y las entradas sin premio) ni el resultado, sólo 4 puntos anotados permitieron a nuestro rival culminar su remontada con únicamente tres canastas en juego y llevarse la victoria. Volvimos a ser víctimas de otra de nuestras lacras en la temporada, el desacierto en los tiros libres, un indecente 2 de 10 en ese cuarto (5 de 21 en todo el partido), nos condenó de forma definitiva, con sólo haber alcanzado un 50% de acierto en ese cuarto, hubiéramos ido a la prórroga, y de haberlo hecho en el global del partido, no estaríamos hablando de una derrota.

En definitiva, cerramos la liga regular con la peor actuación ofensiva del curso, sólo 33 puntos (nos ganaron anotando menos puntos de los que nosotros mismos habíamos logrado en los 17 partidos anteriores).

Para cerrar esta atípica crónica, habría que designar un jugador de la jornada, pero, sinceramente, esta vez no se me ocurre quien podría ser de todos los que saltamos a la cancha, así que, por designar a alguien, le damos el premio al “jugador” sorpresa, la mayor aparición de la temporada, a Robert, aunque no jugase.

Y antes de despedirnos, como no, un vídeo, esta vez, y visto lo visto, Michael Jordan nos enseña a tirar tiros libres:

1 comentario:

Juan dijo...

Hola, soy Juan el entrenador de Reencuentro, parece q el destino nos tenia deparado el cruzarnos.

Espero q sea un gran partido y que gane el mejor!