Reflexiones para el partido...

Desajustes defensivos, zona 2-3, sacrificio… ¡¡¡¿¿¿Pero que demonios es esto???!!! Nosotros somos los Monster, no un equipo de Aito, lo que tenemos que hacer es meterla, que para eso están la pelotita y el aro…, y que defiendan ellos si se atreven.

Además, la defensa en zona 2-3, la inventaron para defender a equipos que no tienen buen tiro exterior, para cerrar el rebote y salir rápido al contraataque…, y nosotros la usamos por que nos resulta la más fácil y no tenemos fondo para defender al hombre…, que no llegamos a todos los tiros, pues a ver que esperabais, intentarse se intenta, pero ni hemos llegado ni vamos a llegar ahora, ni en los cuatro años que llevo yo aquí ni (me temo) en los 25 de historia de la Familia Monster…, y si alguno de verdad piensa que hay que llegar a todo, que proponga un cambio en los entrenamientos o que se cambie de equipo, por que a ver, que pretendéis si la parte mas intensa de nuestros entrenamientos se desarrolla alrededor de una mesa, poniéndonos como cerdos a comer, bebiendo cervezas y jugando a las cartas hasta la medianoche (o más, ahora que nos han suprimido el amoniaco).

Y eso no es todo, que lo más grave es que después del partido del otro día, en el que salvo unos minutos, en tres o cuatro ataques mal defendidos, lo mejor que hicimos fue eso, defender (y casi con tristeza diría que es lo que mejor estamos haciendo todo el año), nos tiremos los trastos a la cabeza con gráficos y cuentos sobre la defensa en zona 2-3, la 3-2, la 1-3-1, o la zona vip del aeropuerto de Barajas. Lo que tendríamos que hacer es empezar a pensar en movernos mejor, a circular el balón, a seleccionar bien los tiros y a meter más de 37 miserables y patéticos puntos…, casi 20 menos que nuestra media hasta ese partido (y no me sirve decir que son los 20 que faltaron de Ramiro, que el chico se nos va a largar rumbo al cono –sin ñ- sur, y vamos a tener que vérnoslas solitos).

Lo dicho Monsters, a meterla, que es lo que de verdad sabemos…, y pensad que en 2012 la línea de tres se la llevan a 6,75, y ahí si que no llegamos ni “jartos de vino”.

Y por si se os ha olvidado el cómo, ya os lo digo, como los dos de la foto, que además son casi de nuestra generación: